El otro día, en el contestador automático de mi teléfono, una voz angustiada había dejado el siguiente mensaje: “Mamá, soy yo, Cristina, que si puedo cenar hoy en tu casa, solo te llamo para eso, para saber si puedo cenar contigo esta noche, avísame, por favor, no dejes de avisarme, estaré toda la tarde aquí, soy Cristina”
Evidentemente, no soy la madre de Cristina, así que se quedó sin cenar la pobre, y yo también, pues no fui capaz de freír un par de huevos conociendo el drama de esa pobre chica. Algunas voces anónimas son como microorganismos que te infectan el día, y no hay Frenadol que las pare.
Al día siguiente de lo de Cristina llegué a casa, le di a la tecla del contestador y alguien dijo: “Pedro, que lo de Luis, por fin, era maligno y encima Marisol se ha roto un brazo. A mamá no le hemos dicho nada todavía porque con las crisis respiratorias que tiene últimamente no lo soportaría. Nacho, por fin, va a repetir COU”. Evidentemente, tampoco soy Pedro, no conozco a Luis ni a Marisol, y me importa un rábano que Nacho repita el COU, pero me amargó la vida esa acumulación de desgracias ajenas, qué quieren que les diga. Cuando llevas dos días seguidos escuchando mensajes de este calibre, el receptáculo donde se aloja la cinta del contestador empieza a parecerte un nicho ecológico donde se reproducen microorganismos perjudiciales para la salud emocional, así que desinfecté la cinta, pero al regresar del trabajo escuché: ” Miguel, es la última vez que me das un plantón porque esta misma tarde me voy a suicidar”. Tampoco soy Miguel, pero estuve tres días con mala conciencia buscando una muerte violenta en la sección de sucesos, y así no se puede vivir.
De manera que hoy, decidido a defenderme …
Aquí tenéis el final original:…he marcado al azar unos números hasta dar con un contestador en el que he grabado el siguiente mensaje: “Marta, que vengas en seguida porque Manolito se ha caído por el hueco de la escalera y Ricardo se ha tragado una cuchilla de afeitar, pero no me puedo mover de casa porque no tengo con quién dejar al bebé. Date prisa”. Ha sido un desahogo, la verdad, me he quedado más ancho que largo. Y pienso subir el tono si la guerra se prolonga. El que avisa no es traidor.
decidí investigar sobre los sucesos y esperar a que se repitira algun mensaje en el contestador o con suerte poder coger una llamada.Pasaron casi 2 semanas desde aquel "suicidio"sin ninguna señal,yo seguía mi vida de butanero ganadome el sueldo.Había vuelto un dia de trbajr a las 8 y media aproximadmente cuando con la intriga decidí darle al boton del contestador,ya que el piloto rojo del teléfono parpadeaba....no supe que decia ese mensaje pero no era una lengua normal sino algun lenguaje en clave.Despues de eso se me callo el teléfono me resbale y mori
ResponderEliminar(antes no he podio seguir).Entonces,ese hombre al morir no le paso nada,ese hombre habia muerto por curiosidad.Este señor ya estaba muerto, ayi donde estab le habian puesto una prueba resistir a la curiosidad cosa que no pudo soprtar y nunca volvio se quedo vagando por ayi.
ResponderEliminarEnfi la curiosidad mata al al hombre hasta dos veces...
El hombre estaba cansado de que le llegaran tantos mensajes que no eran para el y lo que hizo fue cambiar de numero de teléfono, y nunca más volvió a recibir mensajes de ese tipo.
ResponderEliminarMe he metido a la academia de policía para investigar estos casos y poder ayudarlos.
ResponderEliminarDesde que soy policía he resuelto todos los casos de mi contestador automático.
me tarumatice tanto que ya no podia dormir las noches se pasaban como años y años y solo podia mirar al techo de mi habitación cada dia llegaban mas mensajes,y mas, y mas....
ResponderEliminary al final estoi aqui encerrado en un manicomio donde llevo encerrado dos meses,y ya me quiero morir.
FIN
Encontré el cadáver de la chica, pero eso no me decía nada tenía que investigar más a fondo,asi que decidí dejar mi trabajo solo para dedicarme a esas llamadas que no me dejaban en paz dando vueltas en mi cabeza todo el tiempo.Fue una pérdida de tiempo solo tenía una pieza del rompecabezas y con eso no podia deducir nada; lo quería dejar pero sentia que no podía, era una fuerza extraña que al cabo de unos días me volvió loco logrando así un mes después mi muerte
ResponderEliminarInvestigando, estaba en mi cocina, que da a un patio de luces, y resulta que la graciosa de mi mi vecina y su pandilla, llevaban un tiempo riéndose de mí; así que ahí cesaron mis preocupaciones, y pude dormir tranquilo de nuevo. Ahora, mi vecina no saldría impune...
ResponderEliminarMuy bien ana, veo que finalmente te has animado. ¡Tomo nota!;-)
ResponderEliminarPero como no sabía por donde empezar, lo dejé pasar. No le hice caso a aquellos mensajes porque sabía que no eran para mi y no creía que aquella persona de verdad se pudiera suicidar, asi que seguí mi vida normal y corriente. Dos días después de casualidad vi en el periodico que una tal Sofía Cases había intentado suicidarse arrojandose al vacio de un 6º piso pero que solo se hizo varias roturas de huesos y el intento fué fallido. Ya que las fechas coincidian, relaccioné los mensajes, con la noticia del periodico. Como ya sabía su nombre investigué sobre esa persona, fuí al hospital y pregunté por esa chica y me llevaron hasta la habitación donde se encontraba y le conté lo ocurrido. Ella me contó también lo que había pasado y con ayuda de psicologos y cn la mía pudo salir de aquella psicosis que tenía. Después del tiempo transcurrido me dí cuenta de que estaba enamorado de ella y viceversa y ahora vivo con ella felizmente al fin.
ResponderEliminarRocío: no sabes lo que me alegra encontrar tu huella por aquí. ¡Así me gusta!!¡Participación! Y muy buena la historia;-)
ResponderEliminary mi comentario?...¬¬'' yo también puse mi comentario aqui!!!!!!!!!!!!!!!!!! uf..si lo llego a saber no comento na hombre..
ResponderEliminarMª José: algo harías mal cuando no aparece, seguramente no le diste a publicar. No obstante, te dije que antes de publicarlo me mandaras el texto a mi correo para darte yo el visto bueno. Así que, haz eso primero...
ResponderEliminar